La Gusana Ciega puede considerarse ya como un viejo lobo de mar dentro de la escena del rock en español, desde sus inicios en los 90s con discos como Merlina, Superbee y Correspondencia Interna, hemos visto distintas facetas de este proyecto capitalino que lo mismo le tocó vivir la época de “bonanza” del rock en español, que la crisis en la escena de la que muchos grupos no lograron recuperarse. Sin embargo Daniel, German y Luis se han mantenido firmes en este camino y siguen vigentes. De esto platiqué con Daniel, vocalista de la banda, quien compartió conmigo cómo ha sido el andar de la Gusana Ciega a lo largo de los años.
En nuestras primeras entrevistas, los periodistas generalmente nos preguntaban si creíamos que el rock en español era una moda o que si era algo que iba a continuar, ese era el contexto en el que estábamos cuando comenzamos. En ese tiempo había menos grupos y pocos lugares para tocar, sin embargo poco a poco fue creciendo y se ha ido haciendo más popular. A nosotros nos tocó empezar justo cuando MTV comenzó su difusión en latinoamérica, y cuando salia tu video lo veían prácticamente en todo el continente, y hubo un boom, surgieron más propuestas, las disqueras se comenzaron a interesar en el rock, fue como una erupción, y la lava sigue chorreando hasta hoy. Lamentablemente no hubo continuidad, y eso no permitió que todos los proyectos maduraran adecuadamente y que se pudieran concretar los viajes para llevar las propuestas a otros países. Por ejemplo si alguien veía el video de “Celofán” en Argentina, decían “wow, que padre La Gusana Ciega” y esperaban que fuéramos a tocar, pero no estaba tan fácil.
Si bien, como menciona Daniel, hubo una época de abundancia para el rock latino, apoyada en gran medida por la difusión de los canales de videos, de repente también fue muy notorio que, de la nada este crecimiento paro prácticamente en seco, para muchas agrupaciones marcó definitivamente el fin de sus carreras, y para otras implicó tener que esforzarse el doble o el triple por mantenerse a flote. La Gusana Ciega, es uno de esos grupos que supo sobrevivir a este bache.
Yo creo que lo que sucedió fue el cambio en el tema de difusión, hubo como un vacío. Por un lado los canales de vídeos dejaron de transmitir música y empezaron a hacer realities, comenzó la distribución ilegal de música por internet y las disqueras dejaron de percibir ingresos y con ello pararon el apoyo, pero las bandas seguían ahí. Fue como un apagón para el rock. Pero poco a poco se fue estabilizando el tema de internet y redes sociales, los servicios de streaming, y por eso ahorita se siente que nuevamente hay luz, con una escena más nutrida.
Ciertamente, en los últimos años, se ha notado un nuevo aire para el rock latinoamericano, hemos visto surgir propuestas nuevas e interesantes que se van haciendo de un nombre en una escena muy competida y donde es difícil destacar. Sobre esto, Daniel me compartió algunas de las bandas que han llamado su atención en esta nueva era.
Fíjate que a mi me parece que hay varios grupos que están haciendo cosas interesantes en distintas vertientes. Simplemente en Guadalajara, por ejemplo está una chica llamada Ana Vera, Los Delicados, Circo de Monos o un chavo de Morelia que se hace llamar El Negro. Hay muchas propuestas, sin embargo, eso a su vez es un problema, ya que hay demasiadas opciones. Tienes que hacerte de tu base de fans y eso sólo se logra tocando.
Finalmente, ¿a qué retos se enfrente actualmente La Gusana Ciega? Contemplando este nuevo modelo de una escena competida y saturada.
Creo que es lo mismo que enfrentan todas las bandas, simplemente en otra escala. Queremos poder hacer mejores canciones, mejores producciones y alcanzar mayor difusión para nuestra música. Nosotros también tenemos que ampliar nuestra base de fans, y para eso nos apoyamos de todas las herramientas que tenemos a la mano, confiamos mucho en nuestras canciones y en nuestro show en vivo, tratamos de dar lo mejor en nuestras presentaciones.
El reto es sobrevivir a uno mismo, tratar de sobrevivir a tus propios fantasmas, no meterte el pie tu solito. Tener suficiente “stamina” y determinación para seguir persiguiendo tu sueño.